La Dra. Carmen Gil trató sobre la “Búsqueda de nuevos fármacos leishmanicidas: aproximaciones basadas en la diana”. Tras una primera aproximación a esta enfermedad parasitaria, a su epidemiología y a su ciclo vital, pasó a ocuparse de los tratamientos habituales y los problemas que subyacen en estos: resistencias, toxicidades, incluso teratogenias; contrariedades que obligan a la búsqueda de nuevos compuestos. Las investigaciones actuales emplean dos estrategias complementarias: bien una aproximación fenotípica, bien un acercamiento basado en la diana. Su disertación se basó en las experiencias de esta segunda opción, a través de la búsqueda de inhibidores de fosfodiesterasas y protein-quinasas de Leishmania como dianas terapéuticas. Señaló los procesos de selección de moléculas a través de su cribado in vitro; su caracterización metabólica; la realización de pruebas de eficacia in vivo y el estudio del modo de unión con la estructura molecular de la fosfodiesterasa de Leishmania. Estos estudios aumentan la diversidad química de los inhibidores de fosfodiesterasas y protein-quinasas como posibles candidatos a fármacos y establecen que la combinación de cribados enfocados con dianas, junto a la realización de cribados fenotípicos, aumenta la identificación de nuevos compuestos con gran potencial para el desarrollo de fármacos leishmanicidas.
La Dra. María Marco se ocupó de presentar las instalaciones que la empresa Glaxo Smith-Kline tiene en Tres Cantos (Madrid), destinado a la investigación sobre Diseases of the Developing World (DDW), basadas en la innovación abierta y cuyo trabajo se centra en tres enfermedades concretas: malaria, tuberculosis y kinetoplástidos, como la leishmaniasis, chagas y la enfermedad del sueño. En su disertación se ocupó de dos proyectos, con buenas perspectivas de desarrollo, destinados a tratar la leishmaniosis visceral; presentó dos series de compuestos. El producto de la primera de ellas muestra actividad frente a diferentes cepas de Leishmania donovani y a las de L. infantum para las que ha sido testado; se prevé una dosis de administración de 600 mg, formulado en spray seco, dos veces al día; las pruebas de toxicidad realizadas en ratas y primates no muestran acontecimientos adversos serios y han sido tan satisfactorios como para emprender estudios clínicos; actualmente se encuentran en ensayo clínicos fase I en humanos. El compuesto formulado sobre la segunda serie presenta resultados similares y ha mostrado actividad tanto frente a las cepas de Leishmania donovani como a las de L. infantum para las que se ha probado; para él se ha estimado una dosis diaria, en humanos, entre 65 y 125 mg; en los estudios toxicológicos realizados no se perciben efectos adversos graves, por lo que también ha sido incluido en la fase I de estudios clínicos. Dos nuevos candidatos a fármacos que, esperamos, lleguen pronto al mercado.