Los mosquitos que transmiten la malaria y la filariasis linfática pueden ayudar a combatir ambas enfermedades mediante ingeniería genética y la alteración de su sistema inmunológico, señalaron dos estudios divulgados este jueves por la revista Science.
En el caso de la malaria, científicos franceses y alemanes descubrieron una posible arma para combatir la enfermedad en el genoma del Anopheles gambiae, el mosquito vector del parásito que causa la forma más grave de la enfermedad en África.
En el de la filariasis, científicos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, descubrieron que infectar los mosquitos con un parásito bacteriano podría ayudar a prevenir esa enfermedad, un mal tropical que afecta sobre todo al mundo en desarrollo.
En el primer estudio, científicos del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Alemania, y del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) en Francia descubrieron que las variaciones de un gen afectan la capacidad del mosquito de resistir la infección del parásito de la malaria.
“Los parásitos deben pasar parte de su vida en los mosquitos y otra en los seres humanos”, indicó Stephanie Blandin, de INSERM, y uno de los autores de la investigación.
“Al aprender cómo los mosquitos resisten la malaria podemos encontrar nuevos instrumentos para controlar la transmisión a los seres humanos en zonas endémicas”, añadió.
Los científicos buscaron pistas en el genoma de los mosquitos Anopheles gambiae, que son los vectores del parásito que causa las formas más graves de malaria en África.
Centraron su atención en la resistencia de los mosquitos al Plasmodium berghei, un parásito que causa la malaria en roedores.
Cuando compararon los genomas de los mosquitos que resistían la infección con los que se contagiaban, descubrieron una diferencia en una sección de un cromosoma donde encontraron un gen o alele, llamado TEP1, que contiene una proteína que se adhiere y promueve la muerte de los parásitos.
El TEP1 era diferente a los encontrados en cepas no resistentes (o susceptibles) a los parásitos.
Posteriormente desarrollaron una técnica para producir mosquitos con diferentes grados de resistencia a la malaria.
Los científicos explicaron en su estudio que pese a que se enfocó en parásitos que causan la malaria en roedores, existen pruebas de que el gen también estaría involucrado en la reacción inmunológica de los mosquitos en los casos humanos.
De acuerdo con los especialistas, esa es una vía que debería explorarse por cuanto podría ayudar en los programas para erradicar la enfermedad.
El segundo estudio indicó que el infectar a los mosquitos con un parásito bacteriano podría contribuir al combate de la filariasis linfática, una enfermedad que afecta a más de 120 millones de personas en todo el mundo.
En los casos crónicos, esa enfermedad produce la elefantiasis, una inflamación severa de las piernas, el escroto y las glándulas mamarias.
Los investigadores revelaron que si se infecta al mosquito con una cepa del nemátodo (gusano) llamada Wolbachia se puede reducir su tiempo de vida.
Los parásitos de los mosquitos como los de la malaria o de la filariasis tienen un período de incubación entre la ingestión y la transmisión por lo cual sólo los más viejos son efectivos. Si se disminuye su población se reduce el número de ejemplares infectados, señalan los científicos en el informe de su investigación.
Además, Steven Sinkins, de la Universidad de Oxford, informó que: “Wolbachia parece aumentar de manera considerable la actividad de alrededor de 200 genes del mosquito, muchos de los cuales participan en su reacción inmunológica”.
“Esto impulsa al sistema a luchar contra la infección de los nemátodos lo que impide que el gusano se desarrolle y llegue a una etapa en que la transmisión a los seres humanos es posible”, agregó.
EFE
EL UNIVERSAL
JUEVES 01 DE OCTUBRE DE 2009