Su discurso de entrada llevó por título: “El papel de los telómeros en cáncer y envejecimiento”. Sus primeras palabras fueron un recuerdo para los treinta años de investigación llevados a cabo por su grupo de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas; también tuvo palabras de agradecimiento para las Dras. Margarita Salas y Carol Greider.
Abordó luego, siguiendo el pensamiento de Richard Feynman, la cuestión de la temporalidad del cuerpo humano, interesándose por el origen de las enfermedades y su tratamiento a través del estudio del envejecimiento celular. Analizó las causas del cáncer, del fallo cardíaco y de enfermedades degenerativas en relación con el envejecimiento y su vinculación con los factores moleculares; en su opinión, no hay aparentemente un límite de edad para la vida.
Se ocupó de los telómeros, unas estructuras que protegen nuestro material genético, esenciales para su estabilidad, y del rol que desarrollan las telomerasas. A mayor edad, los telómeros son más cortos, cuando esta medida es crítica se produce el envejecimiento. Mutaciones que generan telómeros más cortos van vinculadas a muertes prematuras de esos mutantes. Por ello, la longitud de los telómeros se presenta como un bioindicador con valor de pronóstico.
Analizó la posibilidad de emplear telomerasa en terapia génica como una vía de estabilizar los telómeros y prolongar así la protección del material genético, lo que desemboca en una mayor longevidad debido a una ralentización de las patologías vinculadas a la edad.
Sus últimas palabras estuvieron dedicadas a la relación entre los casos severos de COVID y el tamaño de los telómeros de sus células sanguíneas y a la potencial utilización de las proteínas capaces de limitar las proteínas teloméricas en la lucha contra las células cancerígenas.
En nombre de la Corporación fue contestada por el Excmo. Sr. D. Mariano Esteban Rodríguez, quien resaltó su historial científico y académico y analizó el contenido de su disertación.