En un acto en la sede de la fundación española, el jurado del premio destacó el ejemplo de colaboración entre organismos sociales y académicos, sector privado y gobiernos de siete países, a favor del desarrollo de medicinas para esas enfermedades.
El acta del jurado precisa que “la falta de incentivos para los mercados provoca que se dedique solo el 10 por ciento del gasto en investigación a enfermedades que representan el 90 por ciento del costo en la salud mundial”.
Por ello, la iniciativa considera que “controlar y eliminar esas enfermedades es un componente vital en la estrategia para aliviar la pobreza”.
El director de DNDi, Bernard Pécoul, dijo que el problema es que son enfermedades olvidadas (como la malaria, la Chagas, la enfermedad del sueño, la leishmaniasis, oncocercosis, helmintiasis) en países pobres, y quienes las padecen son personas sin recursos.
“Las enfermedades olvidadas afectan a mucha población, pero es gente que no tiene interés económico, no puede sostener un mercado, y por eso no hay inversión del sector privado. Afectan a familias, jóvenes y adultos, y a los pueblos”, recalcó.
Consideró que el éxito del premio es de todos los socios de la iniciativa, ya que en los últimos 10 años hay una mayor colaboración pública, privada, y en toda la cadena que implica desde la investigación científica, hasta la distribución de medicamentos.
La iniciativa surgió en 2003 con la acción de Médicos sin Fronteras, el Consejo Indio de Investigación Médica, el Instituto de Investigación Médica de Kenia, el Ministerio de Salud de Malasia y el Instituto Pasteur (Francia).
Además, la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil, y el Programa Especial para la Investigación y Entrenamiento en Enfermedades Olvidadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente tiene sedes en Suiza, Brasil, Congo, Kenia, India, Malasia, Estados Unidos y Japón, que coordinan a una red de 600 colaboradores que trabajan en contacto con las instituciones públicas y privadas que se implican en cada proyecto concreto.
Según la DNDi, estas enfermedades afectan a tres mil millones de personas, y algunos de sus nuevos fármacos se han aplicado en más de 30 países de África, Asia y Latinoamérica, y se han distribuido más de 150 millones de dosis de sus tratamientos contra la malaria.
Pécoul indicó que ciertamente la crisis económica obliga a una mayor diversificación de fondos financieros, por lo que se prepara la incorporación de otros gobiernos, como los de Argentina y Chile, y otras fundaciones privadas, como parte del partenariado.
Aclaró que la DNDi “no puede solucionar todo”, pero es un modelo para impulsar la colaboración entre los sectores sociales, empresariales, la industria, la ciencia y los gobiernos, para el tratamiento de estas enfermedades.
El jurado del premio estuvo presidido por el director del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Pedro Alonso; y como secretario el vicerrector de Política Científica de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, José García Montalvo.
Además, la delegada en España del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Maricela Daniel; y los académicos españoles Vicente Larraga y Francisco Pérez.
La de Cooperación al Desarrollo fue la última categoría de la quinta edición de los premios “Fronteras del Conocimiento” que se anuncia, de cara a la ceremonia de entrega el próximo 20 de junio en esta capital.
Las otras categorías son Cambio Climático, Tecnologías de la Información y Comunicación, Ciencias Básicas, Biomedicina, Ecología y Biología de la Conservación, Música Contemporánea, y Economía y Finanzas y Gestión de Empresas
– Más información en: http://www.informador.com.mx/tecnologia/2013/440236/6/premian-a-iniciativa-medicamentos-para-enfermedades-olvidadas.htm#sthash.e5XjstHs.dpuf