Ascaris lumbricoides el gusano redondo de gran tamaño, parásito humano del intestino delgado que sigue afectando a cerca de una cuarta parte de la humanidad (entre 1000 y 2500 millones de portadores), que acompañó al hombre desde su origen, con consecuencias que perduran después de su eliminación, es uno de los grandes causantes biológicos del subdesarrollo de los países intertropicales.
La infección temprana acelera la intolerancia a la lactosa lo que conduce a malnutrición, durante la edad escolar retarda el crecimiento físico e intelectual, predisponiendo la depredación que causa sobre las vitaminas A y C a una menor capacidad de respuesta inmunitaria, excesivamente dirigida por el nematodo hacia la humoral, con detrimento de la necesaria defensa frente a virus, bacterias y protozoos endocelulares.
Su huella persiste cuando se le erradica con un aumento de la incidencia de atopia. La atopia tiene un claro papel protector frente a Ascaris ya que los alérgenos ( pólenes, ácaros, hongos, caspas de animales) estimulan los mecanismos de inmunidad adaptativa e innata que conducen a una respuesta humoral e inflamatoria que expulsa a los gusanos del intestino. Cuando ya no hay gusanos – las medidas higiénicas, el tratamiento correcto del agua, los antihelmínticos, la vivienda adecuada, etc. les eliminó – persisten los alérgenos y la capacidad genética adquirida (adaptativa) de respuesta exagerada frente a ellos, es decir las alergias.
Ascaris lumbricoides tiene, en el concepto clásico un pariente próximo, el áscaris que parasita al cerdo, Ascaris suun, en la práctica con el mismo ciclo y morfología. Se consideraron como dos especies distintas y como un regalo que el hombre, el dueño filogénico del parásito hizo al cerdo cuando hace aproximadamente 10.000 años logró en varios lugares de Eurasia domesticar al cerdo.
En el trabajo citado (www.paasitesandvectors.com/content/5/1/42r), tras discutir las hipótesis alternativas a que el hombre había traspasado al cerdo su parasitismo patrimonial, es decir, que fuera el cerdo el donante del parasitismo , o que ambas especies derivaran de una común anterior que se separó adaptándose ( alopatrismo por hospedador) a las dos especies, cerdo y hombre, concluyen que A. lumbricoides y A. suun son la misma especie. Asentando la afirmación en los datos paleontológicos ( se encuentran huevos de Ascaris en coprolitos humanos de hace 30.000 años), así como la baja divergencia morfológica y genética entre ambas y la presencia en infecciones porcinas de genotipos mas frecuentes en cerdos que en hombres, genotipos híbridos, e infecciones humanas en Europa en áreas libres del parásito, como Dinamarca. Evidentemente, si existen infecciones cruzadas y no hay un completo aislamiento reproductivo, no se pueden considerar como especies separadas. Los 10.000 años aproximados de divergencia ( alopatrismo por adopción de hospedador, alohospitalismo) no han sido suficientes para consumar la especiación.
Taxonómicamente, si es la misma especie el nombre válido es el de Ascaris lumbricoides Linne 1758, tanto para el parásito humano como el del cerdo.
Epidemiológicamente, la ascariosis pasa a ser una zoonosos, una afixenosis – las que pueden indistintamente pasar de una a otra especie de vertebrado, por causas naturales. En este caso, del hombre al cerdo y del cerdo al hombre –
La bióloga Daniela Leles de Souza, investigadora de la Universidad Federal Fluminense y principal autora del artículo, junto con otros dos investigadores brasileños y dos de Estados Unidos, asegura que la conclusión exige revisar las políticas de control sanitario relacionadas al contacto entre cercos y humanos.Esta circunstancia tiene un valor especial para un país como España, segundo productor europeo de cerdos y tercero mundial en esta industria pecuaria tan rentable.
http://www.parasitesandvectors.com/content/5/1/42