La leishmaniosis visceral ocasionada por Leishmania chagasi ( sinónimo regional de Leishmania infantum, la especie de áreas templadas del Viejo Mundo trasladada a América con la colonización, progresa a la par que sus mosquitos vectores, los flebótomos americanos del Género Lutzomyia, a favor del cambio climático en dirección Norte/Sur. Denunciada en las provincias del Noreste argentino está llegando a la altura geográfica de Uruguay. El artículo, tomado de periódico El Pais digital, ilustra bien esta circunstancia.
Los países de la región, incluido Uruguay, observan con preocupación la expansión de la leishmaniosis, una enfermedad transmitida por un mosquito que crece en zonas húmedas y cálidas. El mosquito ya fue detectado en Salto y Bella Unión.
Uno de los temas centrales del último Simposio Iberoamericano de Zoonosis Emergentes y Reemergentes, realizado del 24 al 26 de noviembre en Punta del Este, fue la expansión por el continente de la leishmaniosis, una enfermedad que afecta a perros y seres humanos y es transmitida por un mosquito.
Pero no cualquier mosquito; el insecto que la transmite es del tipo “flebótomo”. A diferencia de los mosquitos convencionales mide de dos a tres milímetros y sus larvas no crecen en el agua sino en la tierra.
“Su combate es infinitamente más difícil”, dijo a El País Tomás Orduna, infectólogo argentino especialista en patologías regionales y medicina tropical. Crece “debajo de cualquier lugar donde haya sombra, mucho residuo orgánico, calor y humedad”, comentó.
Orduna, quien expuso sobre “formas clínicas, diagnóstico y tratamiento en medicina humana”, dijo que es importante que todos los países de la región estén atentos para detectar al insecto porque es el primer eslabón en la cadena.
En un primer momento el insecto pica a un perro. La Leishmania, parásito causante de la enfermedad, se reproduce en el animal. Después, el flebótomo pica a un perro infectado. Faltará que encuentre a una persona y la pique para que la enfermedad pase a un ser humano (ver infografía).
Hay dos formas clínicas de leishmaniosis: la cutánea y la visceral. La primera se manifiesta con llagas y pápulas (lesiones elevadas sobre la piel) y en algunos casos afecta también a las mucosas, por ejemplo las de la nariz.
La leishmaniosis visceral, la más grave, provoca inflamación en el hígado y el bazo y se presenta acompañada por distensión abdominal severa, pérdida de condición corporal, desnutrición y anemia.
Se da principalmente en niños menores de 10 años. Y si no se trata adecuadamente, es mortal en más del 50% de los casos, confirmó a El País Eduardo Savio, presidente de la Asociación Panamericana de Infectología. Otras fuentes médicas hablan de una mortalidad del entorno del 90% de los casos.
El síntoma más característico de la leishmaniosis visceral es la fiebre prolongada durante más de 15 días. Las personas más vulnerables son los niños pequeños, los ancianos, los inmunocomprometidos y los pacientes desnutridos.
ALERTA. Uruguay y Chile son los únicos países del continente en donde no se han registrado casos humanos. Pero a fines de 2010 el insecto fue localizado en Salto y Bella Unión.
Este año, en el mes de julio, una delegación de la Organización Panamericana de la Salud, visitó la localidad de Bella Unión y estudió a los perros que se encontraban cerca del sitio donde había sido hallado el vector. Todos los test dieron negativo.
En Salto no hubo registros en 2011 sencillamente porque la presencia del vector no volvió a ser controlada. Así lo confirmó Cristina González directora departamental de salud. Los insectos detectados en 2010 surgieron de un análisis de técnicos argentinos.
De todas formas González admitió que la enfermedad “está avanzando” desde Santo Tomé (Corrientes) hacia Entre Ríos, llegando a la ciudad de Concordia, frente a Salto.
Desde Artigas Juan Brum, integrante de la dirección departamental de Salud, manifestó preocupación porque es frecuente la presencia de perros callejeros en la zona.
Además, para pasar la frontera entre Monte Caseros (provincia de Corrientes) y Bella Unión basta con cruzar el puente sobre el Río Uruguay. Tanto animales como mosquitos infectados podrían llegar al departamento.
“Es un cóctel explosivo”, apuntó Orduna. “Una vez que tengo flebótomo y perro es cuestión de tiempo para que comiencen a aparecer casos humanos”.
Savio también se refirió al ingreso de perros desde el exterior, pero no sólo a los departamentos del Norte del país, sino a los balnearios del Este.
Participantes del simposio, contó, expresaron que usualmente llegan turistas con perros de países donde hay leishmaniosis. A veces quedan allí y se mueven sin ningún control específico, comentó. Si bien existen requisitos sanitarios para ingresar animales, no todos los dueños los respetan para traer a sus mascotas.
Lesiones con piel elevada, descamación (una suerte de caspa), decaimiento y falta de hambre pueden ser indicadores de la enfermedad en el perro.
Para el especialista argentino, los médicos uruguayos, especialmente los que trabajan en zonas donde el insecto fue encontrado deberían tener presente el diagnóstico de leishmaniosis visceral. Sobre todo si encuentran cuadros de fiebre prolongada que no responde a los tratamientos indicados.
“Porque el paciente que está con síntomas y no es detectado tiene una probabilidad muy grande de hacer un cuadro grave, incluso fatal”, remarcó. Aunque la posibilidad de que se den casos humanos sea muy remota todavía, agregó, debería considerarse.
Consultado sobre este aspecto, Savio dijo que por ahora los médicos no lo tienen presente como un diagnóstico posible porque aún no se ha registrado en personas en Uruguay.
Sin embargo, el riesgo existe. Por eso en 2012 habrá actividades para capacitar a médicos y veterinarios. “Tenemos que estar educados para pensar que puede suceder”, advirtió. También realizarán actividades junto a la OPS.
Savio: “Tenemos que estar capacitados para pensar que se podría registrar en Uruguay”.
¿Sacrificar o tratarlo?
Al tiempo que existe preocupación sobre la expansión de la leishmaniosis, no existe una opinión unánime a nivel regional sobre cómo tratar a los perros infectados. El tratamiento farmacológico no da resultado en todos y la enfermedad puede ser recurrente. El sacrificio de los animales puede ser más efectivo pero la medida no es compartida por todos los técnicos.
El País Digital.(Producción: Juan José Díaz y Freddy Fernández).