Los monos desarrollan sida

Un estudio publicado en la última edición de la revista ‘Nature’ ha desmontado la teoría de que los simios no desarrollan el equivalente a la enfermedad del sida, a pesar de poder infectarse por más de 40 tipos diferentes del virus de inmunodeficiencia simia (VIS), el patógeno del que se derivan las dos variantes del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Hasta el momento, se pensaba que estos animales adquirirían la infección por dicho agente, pero nunca llegaban a desarrollar el síndrome de inmunodeficiencia característico.

Pero un equipo de investigadores ha observado, a lo largo de casi una década, la progresión de un grupo de chimpancés infectados y ha comprobado lo erróneo de las ideas que se han aceptado hasta el momento.

Estudio con animales en libertad

El equipo de investigadores, pertenecientes a varias universidades estadounidenses, escogió el Parque Nacional de Gombe, a orillas del lago Tanganica, en Tanzania, para llevar a cabo sus averiguaciones. Esta ubicación es la más adecuada para observar las condiciones de la vida salvaje de los 94 chimpancés que formaron parte de la muestra del trabajo.

Además, dos de las subespecies de estos animales que habitan en esta zona vienen siendo objeto de estudio desde los años sesenta, de manera que sus costumbres, la manera de organizarse y las peculiaridades demográficas de estos animales están muy bien documentadas.

Desde el año 2000, los autores fueron recogiendo muestras fecales y de orina de los chimpancés y analizaron estos restos en busca de anticuerpos del SIVcpz (un precursor inmediato de una de las dos variantes del virus que infecta a los humanos).

Los análisis filogenéticos, los que determinan la naturaleza y evolución de cada una de las cepas, demostraron que se producían contagios horizontales (en los intercambios sexuales) y verticales (de madre a hijo en el canal del parto y a través del amamantamiento), es decir, exactamente igual que lo que ocurre con el VIH-1 en los seres humanos.

Impacto en la supervivencia

Una vez determinado que el SIVcpz se comporta de manera casi idéntica al VIH-1, los científicos tenían ante sí el reto de comprobar si esta infección repercutía negativamente en la morbi-mortalidad de los simios. Durante los nueve años de seguimiento, siete de los 17 chimpancés portadores del virus fallecieron. Por su parte, otros 11 de los que estaban sanos (77 animales) perdieron la vida o desaparecieron.

La tasa de muerte era claramente superior entre los primates infectados. Asimismo, las necropsias que se practicaron a los cadáveres de los chimpancés, así como las muestras histológicas de sus órganos internos, revelaron que, a pesar de que la mayoría no presentaban lesiones externas o aspecto de estar enfermos, el virus había hecho estragos en su organismo.

Todos padecían una cantidad exageradamente baja de linfocitos CD4 (igual que en las infecciones humanas), tenían afectado el sistema linfático y algunos presentaban letargia y cansancio en los días previos a su muerte. Además, revelaron daños hepáticos y pancreáticos.

Finalmente, en el estudio también se evaluó el impacto de la infección por SIVcpz en la fertilidad de las hembras y la mortalidad de sus crías. Al parecer, las posibilidades de gestar un vástago eran alrededor de tres veces menores en el caso de ser portadora del patógeno, en comparación con las monas sanas. Asimismo, los cuatro chimpancés nacidos de madres infectadas murieron antes de cumplir el primer año de vida.

“Hemos observado que los chimpancés infectados de Gombe tienen una tasa de daño potencialmente mortal en sus organismos entre 10 y 16 veces superior a la de sus homólogos sanos. Las hembras infectadas presentan menos posibilidades de gestar una cría y de tener un parto normal. Asimismo, sus descendientes sufren una tasa menor de supervivencia”, resumen los autores en sus conclusiones.

“Además, hemos visto que la infección por SIVcpz se asocia a una pérdida progresiva de linfocitos CD4 y a la destrucción del sistema inmunológico, signos distintivos de la infección por VIH-1. De esta forma, y aunque se basan en una muestra muy limitada, estos datos sugieren que la infección simia, al igual que la humana, tiene un impacto negativo sustancial en la salud, la reproducción y la esperanza de vida de los chimpancés salvajes”, explican.

Finalmente, se felicitan de que éste y otros estudios que trabajan en esta línea de investigación sirvan para desentrañar los mecanismos de actuación de las dos enfermedades, la simia y la humana, tan estrechamente relacionadas, así como para desarrollar nuevas estrategias preventivas y terapéuticas beneficiosas para ambas especies.

 

22-07-2009 Alejandra Rodríguez en elmundo.es