La RANF abre el debate sobre la humanización de la asistencia sanitaria
martes , 2 de febrero de 2016
Figuras de la profesión farmacéutica, la Administración autonómica, la investigación y la Medicina han reflexionado, en el marco de una jornada científica que tuvo lugar en la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF), sobre las actuales corrientes que buscan un trato más humano en la asistencia sanitaria, coincidiendo todas ellas en que todavía queda mucho por hacer en este terreno.
Acudieron al encuentro, que contó con el patrocinio de la farmacéutica Astellas, Vicente Arias Díaz (FIDAP), Eduardo Rodríguez Rovira (Fundación Edad & Vida), Ángel Puente (COGESA, Círculo de la Sanidad), José Vicente Galindo (Esteve), José Samblás, (Grupo IMO), Salvador Arribas (SEIS, Fundación Bamberg), Paloma Delgado (Novartis) y Luis González (COFM), entre otros.
Honorio Carlos Bando, Jesús Sánchez Martos, Mariano Esteban Rodríguez y Asunción Somoza
En la selva nacional de los observatorios, los sofistas de lo sano y los consejos de expertos que actúan como notarios de una inactividad más o menos disimulada, ha hecho fortuna el término humanización como marchamo y futuro de la calidad en la asistencia sanitaria. Este martes, 26 de enero, la nave central de la Real Academia Nacional de Farmacia se convirtió en faro de debate sobre este interesante asunto, contando con diferentes puntos de vista dentro del mundo de la salud. Sin embargo, sobraron ejemplos de fallos en la humanización dentro del espacio asistencial, al tiempo que faltaron más ejemplos de buenas medidas encaminadas a ofrecer a los pacientes un trato más humano. Entre estas últimas se pudo contar el acierto de permitir que algún familiar acompañe a la persona que acude a los servicios de urgencias junto a otras medidas de ese tipo que están en desarrollo en la Comunidad de Madrid.
Asistentes al encuentro sobre humanización sanitaria
Por el contrario, algunos de los propios ponentes refirieron situaciones en las que hubo de todo menos trato humano o al menos faltó una buena actitud ante los problemas de los ciudadanos. Fue el caso, por ejemplo, del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, quien aseguró que tuvo que recorrer media Capital para que le explicaran por qué tenía que comprarse una caja de 40 comprimidos cuando su tratamiento estaba fijado en 28 pastillas. O el caso del director general de Coordinación de la Atención al Ciudadano y Humanización de la Asistencia, Julio Zarco, que tuvo que amenazar el pasado verano con certificar él mismo la defunción de un familiar directo ante la demora o la ausencia del intensivista de turno, durante tres horas y media. Sobre ello abundó también el presidente de la Fundación Bamberg, Ignacio Para, quien tuvo que lamentar el contexto de jaleo y jolgorio que tuvo que soportar en una UCI, tras una intervención quirúrgica de importancia.
La subdirectora general del Instituto de Salud Carlos III, Victoria Ureña, pidió que ni la retórica comercial ni la instrumentalización política empañen términos tan saludables y éticamente necesarios como humanización y calidad asistencial. Para la ponente ambas son las caras de una misma moneda. Según sus palabras, la humanización es el reconocimiento de la dignidad intrínseca de todo ser humano en todas sus dimensiones y atributos, mientras que la calidad tiene muchas dimensiones y busca satisfacer las necesidades implícitas y expresadas de las personas. Contando para ello con cualidades claramente diferenciadas. Accesibilidad, o la facilidad a la hora de recibir atención sanitaria sin estorbo de barreras organizativas, geográficas, socio-económicas y culturales. La Efectividad, como el grado de éxito al lograr beneficio alcanzables, teniendo en cuenta que el paciente debe tener siempre una actitud lo suficientemente activa respecto a su salud.
También es un rasgo esencial de la calidad asistencial la Seguridad, teniendo en cuenta que en España se calcula que hay tres muertes prevenibles por cada 1000 ingresos hospitalarios. La Eficiencia, que exige no gastar de menos ni de más. La Continuidad asistencial, amenazada muchas veces por la alta de comunicación entre profesionales y que necesita tener en cuenta la importancia de los cuidadores de las familias de los pacientes. Y, finalmente la Satisfacción, tanto de pacientes como de profesionales, verdaderos expertos y jueces en lo que a humanización de la asistencia se refiere.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, enumeró las tres premisas de su ejecutoria pública: actitud, compromiso y lealtad. Dentro de esas líneas de demarcación, la humanización debe ser un valor a incrementar cada día, empezando por dar a los pacientes una información completa y comprensible de su preoceso patológico y asistencial, señaló. Además, y como nuevas etapas dentro de esta nueva filosofía organizativa, Sánchez Martos mencionó la figura del facilitador de duelo, a la hora de dar malas noticias y el proyecto destinado a que los usuarios de las urgencias puedan disponer de aparcamiento gratuito mientras esperan a ser atendidos.
Especialmente entusiasta se mostró Julio Zarco, quien entre bromas y veras comentó que al principio de su responsabilidad política algunos le llamaron jocosamente “Humanizator”. Según su argumentación, el término “paciente” debe ceder el sitio a otro concepto más amplio de “ciudadano”. Evocó Zarco la figura de Pedro Laín Entralgo, quien siempre consideró un desafío necesario aplicar las humanidades a la práctica clínica.
Como novedades el director general citó las nuevas formas de acompañar a los ciudadanos cuando enferman, utilizando atención psicosocial y protocolos especiales cuando la persona entra en el sistema o cuando se aproxima al final de su vida. Siendo también algunos de sus proyectos la formalización de un Observatorio de la Humanización y la puesta en marcha antes de Semana Santa de una Escuela para Pacientes. En cuanto al observatorio, el director general anunció que se formularán indicadores de humanización cuyo cumplimiento por los centros asistenciales será recogido contractual y presupuestariamente.
Para estas y otras medidas, Zarco se prescribió a sí mismo buenas dosis de paciencia, ya que, según aseveró, las cosas están tan politizadas en Madrid que hay que explicarlas cinco veces más que en otras comunidades autónomas. Y aun así, existe el riesgo “de que se te echen encima”, según afirmó.
Finalmente, las exposiciones fueron completadas por la visión que dio de la Farmacia Hospitalaria el presidente de la SEFH, Miguel Ángel Calleja. Según razonó existen algunas amenazas para la debatida humanización, tales como la dependencia excesiva de la tecnología y la robotización, la superespecialización, tan necesaria como limitadora y la falta de cercanía entre farmacéuticos hospitalarios y pacientes. Algo de gran trascendencia, si se tienen en cuenta problemas de alcance nacional como la falta de adherencia a los tratamientos.
Información de Acta Sanitaria / Luis Ximénez — Madrid 27 ene, 2016