Mesa redonda: Seguridad del paciente oncológico

sábado , 20 de noviembre de 2010

El jueves 18 de Noviembre se celebró en la RANF la Mesa Redonda: “Seguridad del paciente Oncológico. Innovación Tecnológica en la Cadena Terapéutica”. La presentación fue a cargo de los Dres. Dña. Mª Teresa Miras Portugal, Presidente de la RANF y D. José Luis Poveda Andrés, Presidente de la SEFH.

Intervino como moderador D. Víctor Jiménez Torres, Académico de Número de la RANF y como ponentes el Dr. Luis Manso Sánchez, Adjunto del Servicio de Oncología Médica en el Hospital Doce de Octubre de Madrid, que habló sobre “Seguridad del Paciente en la Prescripción de Antineoplásicos”, la Dra. Irene Mangues Bafalluy, Adjunta del Servicio de Farmacia en el Hospital Arnau de Vilanova de Lérida que habló sobre “Seguridad del Paciente en la Preparación y Dispensación de Antineoplásicos” y la Dra. Alicia Herrero Ambrosio, Jefa del Servicio de Farmacia en el Hospital Universitario La Paz de Madrid quien tituló su charla “Seguridad del Paciente en la Administración de Antineoplásicos”.
En la presentación, el Dr. Víctor Jiménez tras revisar las sesiones dedicadas a este tema y presentar el título de la siguiente, justificó los objetivos de la mesa indicando que las innovaciones tecnológicas implementadas en procesos claves de la cadena terapéutica, y el valor que añaden en la prevención de daño al paciente oncológico, reducen claramente la incidencia de fallos en el tratamiento antineoplásico y de soporte.

El Dr. Luis Manso constató el hecho de que gran parte de los fármacos antineoplásicos tienen un margen terapéutico estrecho y elevada toxicidad, por lo que es de especial importancia garantizar la seguridad del paciente. Indicó que para evitar errores es necesaria la puesta en escena de un Entorno Interdisciplinar Corporativo, en el que se implique el entorno médico, farmacéutico y de enfermería. Tras realizar una revisión histórica de la receta justificó la necesidad de la prescripción electrónica, para garantizar la minimización de errores con una Historia clínica informatizada. También apostó por los Esquemas Farmacoterapéuticos estandarizados así como por una preparación, dispensación y administración controlada electrónicamente.

En su intervención, la Dra. Mangues también defendió la prescripción electrónica informatizada, que permite eliminar las fuentes de errores que suponían el uso de acrónimos o abreviaturas, de letra ininteligible, o de errores de transcripción. Indicó que se establecerán alertas para dosis en franjas pediátricas, dosis máximas diarias, dosis acumuladas así como vías de administración inaceptables. Dijo que el programa informático debe permitir un etiquetado correcto que incluya código de barras para identificar al paciente y las preparaciones de antineoplásico de cada paciente, con el fin de aumentar la seguridad tanto en el proceso de preparación como en el de dispensación y administración. Para aumentar la seguridad defendió la existencia de varios niveles tecnológicos. Un nivel intermedio basado en Control gravimétrico, cuyo fundamento es transformar volumen en peso (densidad) para garantizar la dosis preparada. Un nivel tecnológico alto cuyo objetivo es garantizar la ausencia de contaminación cruzada, es decir, que no se pueda sustituir un fármaco por otro y adicionalmente establecer la trazabilidad, de manera que se conozca el lote que ha recibido cada paciente. Este método no sustituye al control gravimétrico sino que lo complementa. En este nivel se introduciría la tecnología de voz, código de barras y la identificación por ubicación.

La última intervención fue la de la Dra. Alicia Alonso quien indicó que la seguridad en el manejo de los antineoplásicos es un proceso compartido y multidisciplinar, así como que la administración de medicamentos es el último paso de la cadena terapéutica en el que se puede evitar errores antes que lleguen al paciente. La Dra. Alonso, apostó por las tecnologías en el proceso de administración y concretamente por el código de barras que se ha mostrado como la más indicada en el proceso farmacoterapéutico. Unas tecnologías que permitirán la administración con bombas de infusión inteligentes y que minimizan los riesgos asociados al uso de los medicamentos y por tanto mejoran la seguridad del paciente oncológico y con las que también se genera seguridad y confianza durante el proceso a los profesionales sanitarios. Además gracias a ellas se produce una mayor coordinación entre el equipo asistencial que atiende al paciente y se incrementa la eficiencia del proceso.