Las máquinas moleculares, son moléculas químicas específicas que por su rotación o deslizamiento entre dos de ellas, producen y emiten energía a través de un estímulo foto-químico. Podrán transformar la energía en trabajo útil, desde el mundo molecular al macroscópico, lo que será trascendental para un futuro próximo o lejano en función del avance de la ciencia.
En los últimos años, distintos investigadores han enfocado sus esfuerzos en tratar de emular esa función a escala molecular, tal y como ocurre en muchos complejos proteicos naturales (ATP sintasas, miosinas, kinesinas, etc.), con el fin último de desarrollar una nueva generación de nanosistemas y materiales avanzados con las propiedades mencionadas antes, propiedades inusuales. Tal es el interés en estos sistemas, que los investigadores pioneros o más activos en el campo (Jean Pierre Sauvage, Sir J. Fraser Stoddart, y Ben L. Feringa) recibieron el Premio Nobel de Química de 2016 por su espectacular trabajo en el campo durante las últimas décadas.