La tubulina, como componente principal de los microtúbulos, desempeña tres funciones esenciales dentro de la célula, todas cruciales para su correcto funcionamiento. En primer lugar, facilita la generación intracelular de fuerza, necesaria para procesos como la división celular y la angiogénesis. En segundo lugar, contribuye al mantenimiento de la forma celular y, por ende, a la integridad de las conexiones neuronales, convirtiéndola en la proteína clave para la estructura del sistema nervioso. Por último, actúa como la vía por la que se lleva a cabo el transporte químico mediado por los motores moleculares, como la kinésina y la dineína. Dado que la generación intracelular de fuerza es vital para procesos como la división celular y la angiogénesis, la tubulina se convierte en una diana farmacológica obvia en el tratamiento del cáncer. Ejemplos de esto son la vimblastina y la vincristina, los primeros fármacos efectivos y seguros para tratar la leucemia. Sin embargo, el impacto de estos compuestos en las otras funciones de la tubulina conlleva el principal efecto secundario limitante de estos tratamientos: la neurotoxicidad periférica, al afectar la estructura y el transporte químico en los axones del sistema nervioso periférico. La conferencia abordará el desarrollo de distintas generaciones de compuestos antitumorales que actúan como moduladores de la tubulina, así como las bases estructurales de su actividad farmacológica y sus efectos neurotóxicos. Además, se discutirán los avances recientes en el desarrollo de compuestos que, manteniendo su actividad farmacológica, minimizan los efectos tóxicos.