En ella marcó las diferencias conceptuales entre sexo genético, sexo gonadal, sexo genital, sexo psicológico y sexo social en los seres humanos; trazó una aproximación a las diferentes anomalías en los cromosomas sexuales y analizó el proceso que ha llevado al estado actual de conocimientos sobre la diferenciación sexual en el proceso embrionario humano y la doble influencia, ambiental y genética, en la sexualidad del adulto. Puso de manifiesto el estado de los conocimientos actuales sobre la ‘sexualización’ del cerebro y analizó las recientes opiniones publicadas sobre el ‘cromosoma gay’ a raíz del estudio de Andrea Ganna et al. “Large-scale GWAS reveals insights into the genetic architecture of same-sex sexual behavior” aparecido en Sicence, 30/08/2019.
A lo largo de su conferencia insistió en la diferencia entre ‘opinión pública’ y ‘opinión publicada’, o de cómo puede formarse una concepción contraria a la realidad por una mala labor de difusión. El ambicioso estudio publicado en Science, no solo por el tamaño de la muestra (408.000 personas), halló que la genética sí es un factor responsable del comportamiento homosexual, pero que dicha influencia no proviene de un solo gen, sino de muchos, cada uno con un pequeño efecto; también señaló que la composición genética del individuo no es la única responsable, y que la explicación incluye factores sociales o medioambientales. La prensa afirmó que ‘no existe un cromosoma gay’, lo cual es cierto,… pero con matices trascendentes que la opinión publicada no ha sido transmitir a la sociedad.