La Dra. Cristina Mas-Bargues comenzó definiendo el envejecimiento como una cuestión universal, progresiva, deletérea e intrínseca; señaló su significativo incremento entre la población occidental y la necesidad de potenciar, en lo posible, las capacidades de independencia vital entre los ciudadanos envejecidos.
Tras presentar cómo las células madres son empleadas en diferentes aplicaciones clínicas, se centró en el rol que desempeñan en la prevención de los procesos de envejecimiento y se ocupó de cómo las concentraciones de oxígeno intervienen en los cultivos de células madre y en los procesos de proliferación, senescencia y diferenciación en diferentes tipos de tejidos y estructuras.
La Dra. Borrás Blasco abordó las consecuencias prácticas de las células madre en medicina regenerativa analizando dos aspectos: la fragilidad de la persona y la comunicación intercelular.
Abordó la fragilidad como un síndrome geriátrico asociado con problemas de salud: riesgo de sufrir caídas, discapacidad, hospitalizaciones, etc., causado por un estado fisiológico caracterizado por una mayor vulnerabilidad a las agresiones externas, como consecuencia de una disminución o desregulación de las reservas fisiológicas de múltiples sistemas, lo que genera dificultades para mantener la homeostasis.
Un estado fisiológico que se percibe como potencialmente reversible, entre otras soluciones, por el empleo de células madres, las cuales no actúan por su propia capacidad regenerativa sino con un efecto paracrino, a modo de señalización celular, que estimula el desarrollo de células en el tejido afectado. Este efecto de reprogramación celular está vinculado a un intercambio de vesículas extracelulares, unas estructuras con singulares ventajas frente a las células en si mismas ya que su administración puede ser controlada, son estables, no presentan problemas de aneuploidías y tienen una baja tasa de rechazo. Mostró algunos estudios in vitro e in vivo sobre el empleo de estas vesículas en ratones ancianos / jóvenes y sus resultados sobre fuerzas de presión y coordinación motora, vinculados con la regeneración muscular y cambios metabolómicos en plasma. Por último, se ocupó de las nuevas líneas de investigación en este ámbito, entre las que señaló el estudio de cambios funcionales en el corazón, el análisis del comportamiento y resistencia al estrés, los niveles de tolerancia a la glucosa, etc.
Sus intervenciones fueron seguidas por un interesante coloquio entre las ponentes, los académicos y el público que acudió al acto.