La Dra. Ortega Anta es Licenciada y Doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Catedrática de Universidad. Departamento de Nutrición, F Farmacia (UCM). Directora del Grupo de Investigación 920030: “Valoración Nutricional de Individuos y Colectivos” (VALORNUT), validado positivamente por la CAM. Ha dirigido numerosos proyectos de investigación sobre la problemática nutricional de la población española y sus repercusiones sanitarias y funcionales, y sobre la influencia de diversas intervenciones en 4 estado nutricional, control de peso y función cognitiva, directora del estudio FANPE (Fuentes alimentarias de nutrientes en la dieta media española) y del estudio ALADINO (Estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad) promovidos por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y realizados en muestras representativas de la población española, es autora de más de 400 publicaciones en revistas científicas y ha obtenido 15 premios por su actividad investigadora, es autora de 17 libros, del programa DIAL (para tabulación de dietas), ha dirigido 45 Tesis Doctorales, es miembro de diversos grupos de expertos y diversas Sociedades de Nutrición (Nutrition Society, American College of Nutrition, Sociedad Latinoamericana de Nutrición, American Society for Nutrition, Grupo Latinoamericano de Nutrición), Vicepresidenta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Presidenta de la Asociación de Estudios Nutricionales. Es revisora de artículos para 12 revistas de alto impacto. Académico Fundador de la Academia Española de Nutrición (AEN).
Desde hace muchos siglos se conoce el impacto de algunas deficiencias nutricionales graves (proteínas, yodo, vitamina D….) condicionando retrasos intelectuales, de gravedad variable, pero que llegaban a ser en muchos casos irreversibles. Sin embargo, investigaciones recientes han puesto de relieve que desequilibrios, incluso ligeros, pero mantenidos en el tiempo, pueden condicionar deterioros funcionales, de atención, cognitivos, o perjuicios en el estado de ánimo del individuo. Muchos de estos deterioros pueden pasar inadvertidos y solo la realización de estudios reglados, aplicando tests suficientemente sensibles permiten detectar diferencias entre individuos con situación nutricional adecuada y los que tienen carencias o desajustes de la dieta respecto al ideal teórico marcado como aconsejable.
Por supuesto algunas edades (etapa fetal, primera infancia, ancianos….) y situaciones fisiológicas (gestación, lactancia…) pueden ser especialmente delicadas en este sentido, pues en estos momentos los problemas nutricionales son más frecuentes, y las consecuencias, sanitarias y funcionales, resultan más graves y evidentes.
Diversas investigaciones han puesto de relieve que el ayuno o supresión de una comida (como el desayuno), el aporte insuficiente de diversos nutrientes (ácido fólico, vitaminas del grupo B, vitamina D, antioxidantes, colina, ácidos grasos omega-3….), así como el aporte excesivo de ácidos grasos saturados, grasa trans, ácidos grasos omega-6 se asocia con peores resultados en diferentes tests aplicados en niños, jóvenes y ancianos. La mejora nutricional se convierte, por tanto, en una prioridad, no solo pensando en el mantenimiento de la salud, sino también para lograr un mejor rendimiento físico e intelectual y una mayor calidad de vida