JOAN GUINOVART CIRERA
Doctor en Farmacia. En el 5º curso de carrera se integró en la cátedra de bioquímica, donde pasó por diferentes estamentos de la misma mientras finalizaba la carrera y realizaba la tesis doctoral. Dentro de la cátedra de bioquímica fue profesor del curso “Análisis Clínicos” que se impartía a postgraduados de diferentes profesiones; también fue profesor de clases prácticas y profesor no numerario en la cátedra del Dr.D Vicente Villar Palasi. Al término de su tesis doctoral, dejó la cátedra para dedicarse única y exclusivamente a la empresa familiar, donde ya en los últimos años había estado trabajando compaginándolo con sus actividades en la Universidad. Dentro de la empresa familiar de alimentación, ocupó diferentes cargos, teniendo en principio la misión de elaborar las normas relacionadas con el control de calidad y que afectaban a los principales productos que se fabricaban en la empresa. Montó y desarrolló todo el laboratorio de análisis y control, y también inició la implantación de la actividad relacionada con la investigación y desarrollo de nuevos productos alimenticios. Con la ampliación de la empresa familiar, fue ampliando sus conocimientos e implantando estos sistemas en las diferentes empresas que se iban incorporando al grupo, ampliándose cada vez más su área de actuación, llegando a llevar toda la parte técnica de producción de todas las empresas del grupo a nivel mundial, siempre dentro de este contexto de empresa familiar y compartiendo los trabajos con otros miembros de la familia. El grupo de empresa familiar compró en 1973 un laboratorio farmacéutico, que hacía básicamente productos de alimentación infantil, y posteriormente fue designado por el Consejo de la misma para que se ocupase íntegramente de esta empresa, función que desempeñó partir del año 1975 hasta la actualidad, pasando desde el puesto de Director General a Consejero y actualmente, Presidente de dicha Empresa. Bajo su dirección ha sufrido una transformación importante, siendo considerada hoy en día la empresa de alimentos infantiles de mayor prestigio de España, con amplias ramificaciones a nivel internacional. Todas estas etapas laborales por las que pasó fueron sucediéndose en el tiempo, pero paralelamente desarrolló una faceta importante a nivel profesional, siendo el creador de lo que fue la Vocalía de Alimentación del CGCOF. La idea surgió a través de la Asociación de Farmacéuticos de la Industria, al intentar aglutinar a los farmacéuticos que trabajaban en la industria alimentaria. A través de un grupo de personas que empezaron a colaborar y reunirse con la idea de coordinarlos, se desarrolló la idea de que en los colegios profesionales no se les estaba considerando y que podían tener una presencia importante. Esto hizo que algunos farmacéuticos capitaneados por el Dr. Ventura pidieran al Consejo General una Vocalía que los representase, cosa que fue finalmente concedida en el año 1982. El Dr. Ventura ocupó la Vocalía de Alimentación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, que fue la primera y pionera de España y de ahí pasó a ocupar el cargo de Vocal Nacional de Alimentación del Consejo, hasta el año 1997. Durante este tiempo también compaginó diferentes cargos en la Asociación Española de Farmacéuticos de la Industria, estando en diferentes Juntas tanto a nivel regional como nacional. Igualmente impulsó y desarrolló diferentes sociedades de alimentación. Fue uno de los 16 miembros creadores de la Sociedad Catalana de Ciencias de Alimentación, que es una asociación pluriprofesional que engloba a todos los técnicos de una cierta cualificación, que trabajan en el campo de la alimentación en Cataluña. Formó parte de diferentes asociaciones, como la Asociación Española de Nutrición, Asociación Española de Nutrición Básica Aplicada, Asociación Europea de Derecho Alimentario, Asociación Española de Control de Calidad, Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, Sociedad Española de Microbiología (SEM, dentro de la sección de microbiología de alimentos), Sociedad Farmacéutico del Mediterráneo Latino, entre otras. Igualmente, dentro del ámbito profesional, ingresó en la Real Academia de Farmacia de Cataluña, primero como miembro correspondiente en el año 1997 y, a partir del 2003 como miembro numerario. Pasó posteriormente a ocupar el cargo de Vice-Presidente de esta Academia, siendo elegido en diciembre del 2010 Presidente la Real Academia de Farmacia de Cataluña. Ha formado parte de comités consultivos con organismos oficiales como la Comisión Interministerial para la Ordenación Alimentaria y de la CIOA entre otras. En el año 2009 le fue otorgado el título de Farmacéutico Ejemplar por parte de la Asociación de antiguos alumnos de la Facultad de Farmacia de Santiago de Compostela. Además, también ha tenido una vertiente humanística y fue durante 6 años miembro del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Barcelona, siendo vicepresidente los últimos 3 años. En la actualidad es patrón de la Fundación Borja de Bioética y patrón de la Fundación Ordesa. Ha compaginado su labor tanto profesional como política, en diferentes ámbitos de la industria, colegios profesionales, Academia y en diferentes asociaciones. Ha impartido diversas conferencias y ha escrito varios artículos, siempre desarrollados dentro del mundo de la alimentación.
La industria alimentaria es seguramente la gran desconocida por la mayoría de los profesionales farmacéuticos, que entienden, ven y comprenden perfectamente lo que es una industria farmacéutica y las diferentes funciones que un farmacéutico puede desarrollar en dicha industria, pero sin embargo, desconocen lo que es la industria alimentaria y el papel importante que el farmacéutico puede realizar dentro de ella. En este discurso lo que se pretende es dar una matización para que se vea, tanto la importancia que tiene la industria, como el papel prioritario que ha desempeñado históricamente el farmacéutico en ella. Es importante destacar que muchos farmacéuticos han estado presentes en la industria alimentaria, de forma anónima y que, seguramente, este hecho no ha sido reconocido ni siquiera por los propios profesionales de la farmacia, que quizás incluso la han considerado como una industria menor. Este discurso pretende situar a la industria alimentaria y su relación con el farmacéutico a la altura de donde le corresponde estar.
