A pesar de la noticia previamente colgada en esta página ( 06/07/2010) de la presencia en Andalucía Occidental de una nueva genovariedad del virus WN y su aparente apatogenicidad y protección, los Servicios Veterimarios denuncian la presencia en equinos de la infección.
Los servicios veterinarios de la Consejería de Agricultura y Pesca han declarado oficialmente la existencia del virus de la Fiebre del Nilo Occidental (West Nile) en Andalucía tras resultar positivos los análisis realizados a dos caballos en dos explotaciones ganaderas de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Según ha explicado la Junta en un comunicado, los animales afectados presentaron sintomatología compatible con la enfermedad durante uno de los controles rutinarios que se llevan a cabo en el marco de los protocolos de Sanidad Animal, y más en concreto dentro del Programa de Vigilancia de West Nile en Andalucía, en el que se trabaja coordinadamente con las consejerías de Salud y Medio Ambiente.
Finalmente, el laboratorio central de veterinaria de Algete ha confirmado la presencia del mencionado virus en los análisis realizados a los ejemplares sospechosos. Tras la confirmación de estos dos focos, la Consejería de Agricultura ha reforzado el plan de vigilancia epidemiológica en las explotaciones ganaderas de la zona para detectar precozmente la existencia de nuevos casos. Cabe destacar que los dos ejemplares afectados ya han experimentado una sustancial mejoría desde que registraron los primeros síntomas.
La Encefalitis del Nilo Occidental es producida por el virus West Nile y se trata de una enfermedad infecciosa no contagiosa que afecta principalmente a aves y que se transmite por la picadura de un mosquito. Son las aves migratorias las que actúan como principal reservorio epidemiológico.
En los caballos, la enfermedad suele pasar desapercibida y sólo en algunos casos aparecen síntomas como el virus afecta principalmente al cerebro y sistema nervioso periférico. Los síntomas incluyen cambios de conducta, hiperestesia, y contracturas musculares que pueden evolucionar hacia convulsiones y problemas graves de movilidad, aunque en la mayoría de los casos, los caballos afectados se recuperan.
Comunicado por: Jaime R. Torres <torresjaime@cantv.net>; Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas <http://www.isid.org