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Plantas, espacios y públicos. El desarrollo de la Botánica en la España peninsular entre 1833 y 1936

Laguna Villanueva (1826-1902), sin duda el más
brillante de los botánicos forestales, quien habría
de sucederle en la Cátedra de Botánica.

    En 1852, al finalizar sus estudios en la Escuela
de Villaviciosa, Máximo Laguna fue becado para
proseguir su formación en Alemania (1852-1855);
a su regreso, en 1855, se integró entre el personal
docente de la Escuela, ocupándose de dictar
‘Botánica’ y ‘Selvicultura’; permaneció en ella
hasta 1867, año en la que la abandonó para
ocuparse, por completo, de redactar la Flora forestal
española (Madrid, 1875, 1883-1890)142.

El puesto de Máximo Laguna fue detentado,
tan sólo un año, por Buenaventura Bachiller
Albitos. En abril de 1869 es nombrado profesor de
‘Botánica y Zoología’ Adolfo Parada Barreto
(1838-1880), quien destacará más por sus
aportaciones a la entomología aplicada que por las
botánicas143.
    Tras el traslado de la Escuela a El Escorial, en      José Secall e Inda (1853-1918)
                                                        Escuela de Ingenieros de Montes
                                                       Universidad Politécnica de Madrid

1871, Adolfo Parada quedó encargado de impartir
‘Zoología’ y ‘Entomología’, ocupándose de las
asignaturas botánicas Sebastián Vidal y Soler (1842-1889), quien acababa de regresar de su
período de formación en Alemania; pronto, en 1872, habría de trasladarse a Filipinas, donde
encontró la muerte, a causa del cólera, en 1889144. La docencia de la Botánica fue entonces
encomendada a Máximo Laguna, quien la compaginó con la dirección de la Escuela el año en
que estuvo a su frente; luego por Miguel Bosch Juliá, quien también concilió la dirección de la
Escuela con la enseñanza de la Botánica durante el curso 1872/1873.

    En 1873 se hizo cargo de la enseñanza de la Botánica Pedro de Ávila Zumarán (1842-1924),
como muchos de sus anteriores profesores la compartió con las materias propias de la Zoología,
pero en este su vocación fue fundamentalmente botánica; fiel discípulo de Máximo Laguna, con
quien emparentó, y al que dedicaría su discurso de entrada en la Real Academia de Ciencias
Exactas Físicas y Naturales (Ávila, 1915), Pedro de Ávila ejerció como docente de Botánica hasta

     142. Sobre Máximo Laguna cf. Pedro Artigas (1899; 1902); Antonio García Maceira (1902); Ignacio J. Inza
(1907b); Pedro de Ávila (1915); Josefina Gómez Mendoza (1995); José Luis González Escrig, Benjamín Fernández
Ruiz (1997) y Santos Casado de Otaola in RAH.DB-e.

     143. Diego Caro Cancela in RAH.DB-e ofrece los escasos datos bio-bibliográficos que conocemos sobre este
ingeniero forestal.

     144. De los trabajos botánico-forestales de Sebastián Vidal se han ocupado Segundo Cuesta (1890); Salvador
Ceron (1892); Gaspar Aranda y Antón (1998); José Luis González Escrig (1998) y Paloma Blanco in RAH.DB-e.
Una valoración coetánea de sus trabajos botánicos fue realizada por Heinrich-Moritz Willkomm (1886; 1887b; 1888),
quien contribuyó a su difusión a través de las páginas del Botanisches Centralblatt

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