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Plantas, espacios y públicos. El desarrollo de la Botánica en la España peninsular entre 1833 y 1936

elemental de reciclaje sobre las mismas materias222. En la primavera de 1921 volvió a repetirse el
curso trimestral pergeñado por Lewis Knudson el año anterior, esta vez bajo el co-patrocinio del
Ministerio de Fomento. Las instalaciones utilizadas para el desarrollo de estos cursos fueron
reubicadas, en 1922, en el remozado Real Jardín de Madrid, bajo la responsabilidad inicial de
Luis Crespí, dando comienzo así a una sección de trabajo especialmente apoyada por la JAE,
cuya responsabilidad institucional fue conferida a Antonio García Varela.

    Tras abandonar los espacios cedidos en la Estación de Biología Alpina, los cursos de prácticas
de Botánica, hasta entonces allí impartidos, pasaron a desarrollarse en el Museo de Ciencias
Naturales; se ocupó de ellos Joaquín María Castellarnau Lleopart (1848-1943)223, quien siguió
el programa desarrollado por Arthur Meyer (1850–1922), de cuyo manual fue traductor, y que
había sido publicado bajo los auspicios de la Junta en 1913 (Meyer, 1913); colaboraron con él
Juan Cuesta y José Cogolludo. Los cursos continuaron en el Museo de Ciencias con la
participación de Arturo Caballero; primero, entre 1916 y 1921, durante cortos periodos de
tiempo, y luego, desde 1922, de manera asidua, tras obtener la Cátedra de Fitogeografía y
Geografía Botánica de la Facultad de Ciencias, en la Universidad de Madrid.

    No fueron estos los únicos cursos de Botánica realizados bajo el patrocinio de la JAE; desde
enero de 1926 funcionó, en la Residencia de Señoritas, un laboratorio destinado a la enseñanza
de la Botánica y de la Biología, de marcados tintes didácticos, enfocado a la formación de jóvenes
universitarias224.

La formación de becarios botánicos en el extranjero

    Una de las más prontas y continuas actividades desarrolladas por la JAE fue la concesión de
pensiones para estudios en el extranjero; su esfuerzo no se circunscribió a los centros de ella
dependientes, sino que intentó abarcar toda la investigación realizada en España. Fue política de
la JAE primar aquellas áreas de estudio donde la investigación tuviera aplicación inmediata;
también aquellas otras que supusieran la utilización de nuevas técnicas de estudio, quizás por
ello la Botánica no se vio especialmente favorecida225.

     222. Esteban Faura ocupaba la dirección de la Granja de Hellín, Adolfo Vázquez Humasqué dirigía la Estación de
Palma de Mallorca y Bartolomé del Cerro era catedrático de Universidad. La incorporación del Laboratorio de Fisiología
vegetal al Jardín de Madrid se decidió en la sesión de la Junta celebrada el 20/04/1920. En la sesión de 02/07/1920 se da
cuenta, además, de un escrito de Eduardo Reyes Prósper, a la sazón director del Jardín Botánico, agradeciendo las nuevas
instalaciones; y de otro, procedente de la Dirección General de Agricultura, en el que se solicitan los permisos necesarios
para que Adolfo Vázquez Humasqué continúe realizando sus investigaciones en este Laboratorio de Fisiología
(González Bueno, 2010b).

     223. Además de sus propios Recuerdos… (Castellarnau Lleopart, 1938; 1942), la figura de este ingeniero de montes
ha sido glosada por Domingo de Orueta Duarte (1912); Filiberto Díaz Tosaos (1931); Celso Arévalo Carretero
(1934); José María Torroja Miret (1943); Félix Gallego Quero (1945); Vicente Casals Costa (1991; 1997); Luis
García Esteban (1997); R. Moreno, A. Moreno (1997); Santos Casado de Otaola, Vicente Casals Costa (1998a;
1998b); Juan Manuel Moreno Yuste, Santos Casado de Otaola (2003) y Vicente Casals Costa in RAH.DB-e.

     224. De su puesta en funcionamiento se da cuenta en la sesión celebrada por la JAE el 30/01/1926 (González
Bueno, 2010b). Sin duda debido al éxito alcanzado por el Laboratorio Fóster de Química, activo desde 1920 (cf.
Magallón Portolés, 1998).

     225. A los estudios botánicos le corresponde menos de una beca anual de media (cf. González Bueno, Gallardo,
1988). Una visión global de las pensiones concedidas por la JAE en Justo Formentera, María José Villegas (2007);
Alfredo Baratas Díaz (1997: 153) recoge un total de 25 pensiones concedidas a quienes se interesaron por la Botánica,

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