Page 88 - DiscrusoGlzBueno
P. 88

Antonio González Bueno

    La Aragonesa de Ciencias Naturales dio a la imprenta 17 tomos de su Boletín de la Sociedad
Aragonesa de Ciencias Naturales (1902-1918) y otros 18 tomos bajo la cabecera de Boletín de la
Sociedad Ibérica de Ciencias Naturales (1919-1936), se añade a estos el volumen de la Revista de la
Sociedad Ibérica de Ciencias Naturales (1938) y siete números de unas Memorias de la Sociedad Ibérica
de Ciencias Naturales concebidas en su estructura, no tanto en su contenido, a las homónimas de
la Española de Historia Natural178.

Los botánicos de la periferia

    La formación de las sociedades de naturalistas, particularmente la Española de Historia
Natural, permitió que floreciera en nuestro país un movimiento de aficionados a la práctica
botánica, ya existente con anterioridad, que había divulgado sus resultados bien en la prensa
profesional, particularmente en la farmacéutica, bien incorporándolo en revistas locales de corta
difusión.

    El colectivo botanófilo de nuestro país responde a la misma estructura social que en otros de
nuestro entorno: profesionales liberales que emplean su tiempo de ocio en una actividad que no
les resulta remunerada: gran parte de ellos farmacéuticos, que estudian las áreas geográficas
próximas a sus demarcaciones territoriales, pero también algunos médicos, religiosos, profesores
de enseñanzas medias e incluso algún banquero179.

    Su nómina no es corta180; sin ánimo de exhaustividad, citaremos los trabajos de Víctor López
Seoane (1832-1900)181 y Baltasar Merino Román (1845-1917)182 en Galicia; Juan Ruiz Casaviella
(1835-1897)183 y José María de Lacoizqueta Santesteban (1831-1889)184 en Navarra; Ildefonso

     178. Un índice de los trabajos publicados por esta agrupación en Rosario Rubio Argúelles, Emilio Fernández-
Galiano (1961); un análisis de su contenido en José María de Jaime Loren, José María de Jaime Ruiz (2015).

     179. Una situación similar reseña David Allen (1988) para el caso del Reino Unido.
     180. Un análisis más amplio en Antonio González Bueno (1986a; 1997b); Alberto Gomis Blanco (1992; 1997a) y
Jesús Ignasi Catalá Gorgues (1999; 2000).
     181. Sobre la biografía de Víctor López Seoane han escrito Baltasar Merino (1907); Xosé Fraga (1988; 1990b; 1992;
2004; 2007); Manuel Garrido Sánchez (2015) y Xosé Fraga in RAH.DB-e. De su labor botánica se han ocupado
Regina Carballal, Xosé A. Fraga, Aida García, José Reinoso (1992).
     182. Datos bio-bibliográficos del padre Merino en Alphonso Luisier (1917); José Gómez Martínez (1930); Manuel
Laínz (1954a; 1954b; 1966; 1984a; 1990); Evaristo Rivera Vázquez (1980); Francisco Bellot (1980); Francisco Díaz-
Fierros, Xosé Fraga (1987); Jesús Izco Sevillano (1996); Francisco Javier Silva Pando (1996); João Paulo Cabral
(2008); Jorge José Pérez Maceira, Andrés López Fontán, María Peregrina Varela Caamiña (2017); Rubén Pino Pérez
(2017a) y Antonio González Bueno in RAH.DB-e.
     Un análisis de su producción botánica, y un estudio de su herbario, en Carlos Pau (1899b); Rubén Pino Pérez
(2014; 2017b; 2019); Rubén Pino Pérez, Francisco Javier Silva Pando, Juan José Pino Pérez (2013; 2014) y Rubén Pino
Pérez, Juan José Pino Pérez (2019).
     183. La bibliografía sobre Juan Ruiz Casaviella es escasa: una breve nota necrológica de Blas Lázaro e Ibiza (1897)
y un corto artículo debido a la pluma de Ricardo Górriz (1907).
     184. Acerca de José María Lacoizqueta han escrito Fermín Irigaray (1906): Vidal de Pérez Vilareal (1982); José
Antonio Loidi Bizcarrondo (1991); Ángel Goicoetxea Marcaida (1999) y Eduardo Gil Bera in RAH.DB-e. Alicia
Ederra Indurain (2001) ha revisado los briófitos de su herbario y Javier Etayo (2002) los líquenes.

                                                               -86-
   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92   93