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gustar%u00eda considerarme disc%u00edpula, el profesor Angel Carracedo. Siento que toda mi vida ha sido un aprendizaje, me siento deudora de muchos docentes involuntarios, como mis compa%u00f1eros del servicio de farmacia, del servicio de oncolog%u00eda m%u00e9dica y oncolog%u00eda radioter%u00e1pica del hospital de Santiago, con quienes he aprendido el sentido de nuestra profesi%u00f3n. En esta %u00faltima etapa de mi vida profesional al frente de la AEMPS, la m%u00e1s trascendente en cuanto al servicio prestado, me siento profundamente agradecida por haberla compartido al lado de personas tan sabias y admirables como los doctores Antonio Bl%u00e1zquez, C%u00e9sar Hern%u00e1ndez Gloria Hern%u00e1ndez, Manuel Ibarra, Antonio L%u00f3pez, Carmen Ruiz-Villar y Consuelo Rubio. Extiendo mi reconocimiento a todos los profesionales de la AEMPS por su extraordinaria val%u00eda, a los cient%u00edficos y a los gestores que comparten rigor y compromiso; querr%u00eda se%u00f1alar a los que hoy me acompa%u00f1an: los doctores Sol Ruiz, Agust%u00edn Portela, Edurne L%u00e1zaro, Ana L%u00f3pez de la Rica y Maria Luisa Su%u00e1rez; as%u00ed comoSandra Bentolila, Irina Moreno y Santiago V%u00e9lez.Excelent%u00edsimos e ilustr%u00edsimas acad%u00e9micas y acad%u00e9micos, queridos asistentes: estamos en buenas manos.Quiero finalizar con una reflexi%u00f3n personal; no se puede ser una buena profesional sin unos buenos pilares: la pasi%u00f3n por lo que haces, la humildad para seguir aprendiendo y el apoyo de quienes te rodean. He tenido el privilegio de que mis compa%u00f1eros se hayan convertido en amigos y la suerte de contar con una familia que me ha inspirado, estimulado y cuidado. Cualquier reconocimiento que reciba les pertenece a ellos tambi%u00e9n, a mis padres, mis hermanos, mi marido Javier y mis hijos Alejandro y Beatriz. Sois mi faro.