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Plantas, espacios y públicos. El desarrollo de la Botánica en la España peninsular entre 1833 y 1936

    Desde la publicación del ‘Plan Pidal’, en septiembre de 1845, estuvieron activas dos Facultades
de Farmacia, ubicadas en las Universidades de Madrid y Barcelona; en 1850 se unió a estas la de
Granada y, en 1857, la de Santiago de Compostela. Con anterioridad a la instauración de estos
estudios universitarios, estas cuatro ciudades habían tenido Colegios de Farmacia donde, con
distintos períodos de suspensión, los farmacéuticos pudieron recibir una educación de carácter
análoga a la universitaria.

    Tanto los planes de estudio de los Colegios de Farmacia, como los primeros de las nuevas
Facultades de Farmacia, incluyen una ‘Historia Natural’ en la que tenían cabida las materias de
Botánica, Zoología y Mineralogía. Esta ‘Historia Natural’, común con otros estudios
preparatorios de Ciencias, se vería completada, desde el ‘Plan Moyano’, con una ‘Ampliación de
la Botánica a la Farmacia, con su Materia farmacéutica correspondiente’, centrada en el estudio
de las propiedades medicinales de los vegetales114.

    Será el decreto de Eugenio Montero Ríos (1832-1914), publicado en septiembre de 1886, el
que, entre otras novedades, establezca una Cátedra de ‘Botánica descriptiva y determinación de
plantas medicinales’; la razón de esta reforma se justifica en el preámbulo del decreto:

        “Los estudios botánicos y el conocimiento práctico de las plantas medicinales
        indispensables al farmacéutico, adquieren gran desarrollo con la creación de esta cátedra
        de lección diaria de Botánica y determinación de plantas y al mismo tiempo constituye
        una preparación necesaria para el estudio científico y metódico de la materia farmacéutica
        vegetal…”115

La Universidad de Madrid

    La Cátedra de ‘Botánica descriptiva’ de la Universidad de Madrid fue inicialmente ocupada
por Gerónimo Macho Velado (1826-1899), por traslado de la Universidad de Santiago de
Compostela, donde había impartido ‘Ejercicios prácticos para la determinación y clasificación de
objetos farmacéuticos y principalmente de plantas medicinales’; permanece en ella hasta el 14 de
agosto de 1890, fecha en que firma su solicitud de traslado a la Cátedra de ‘Mineralogía y
Zoología aplicadas’ de la misma Universidad116. Los trámites para su nueva concesión se inician
el 2 de diciembre de 1890, cuando el claustro de la Facultad de Farmacia de la Universidad
Central nombra a Blas Lázaro e Ibiza (1858-1921) auxiliar numerario y lo destina a ocupar la
vacante producida por Gerónimo Macho.

     114. El ‘Plan Moyano’ señalaba, para su impartición, el Tratado de Materia farmacéutica redactado por Manuel Jiménez
(Madrid, 1838; Madrid, 1848) y la Historia Natural de las Drogas simples que escribiera Nicolas-Jean-Baptiste Guibourt, en
la traducción castellana realizada por Ramón Ruiz (Madrid, 1851-1852) (Cf. Gaceta de Madrid, 01/10/1858).

     115. Real Decreto 24/09/1886 (Gaceta de Madrid, 25/09/1886); este interés por la actualización de los estudios
farmacéuticos está íntimamente ligado al desarrollo de las enseñanzas prácticas; así se hace constar en las líneas
introductorias de la exposición de motivos con la que se justifica esta disposición: “Por el decreto de 16 de enero de 1884
se reformaron los estudios de la Facultad de Farmacia en consonancia con el progreso científico y necesidades de la
práctica profesional, aumentando en el cuadro de asignaturas las de Teoría y Práctica de Física, Fitografía, Análisis químico y
Toxicología, Farmacia galénica y Legislación sanitaria e Historia de la Farmacia, dando gran impulso a la parte experimental y
práctica de todas las enseñanzas”.

     116. Especialista en entomología y malacología, Xosé Fraga ofrece datos bio-bibliográficos en RAH.DB-e.

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