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Plantas, espacios y públicos. El desarrollo de la Botánica en la España peninsular entre 1833 y 1936

    Sus trabajos publicados durante los años centrales del siglo tienen un cierto carácter de
primeras aproximaciones a este proyecto de mayor envergadura. Como tales pueden interpretarse
los catálogos de Cataluña (Colmeiro, 1846), las dos Castillas (Colmeiro, 1849) y Galicia
(Colmeiro, 1850). En 1885 culminaría la gestación de la idea que él mismo presentó en 1843,
ese año inicia la publicación del primero de los cinco volúmenes con los que habría de contar su
Enumeración y revisión de las plantas de la Península Hispano-Lusitana é islas Baleares… (Colmeiro,
1885-1889).

    En su discurso de 1843 señaló que, tras esta necesaria Enumeración... vendría un verdadero
Prodromus... de la flora española. Y no se equivocó, al menos en parte, pues este necesario
Prodromus... vería la luz, aunque no en nuestro suelo ni salido de su pluma.
El Prodromus… de Moritz Willkomm y Johan Lange (1861-1893)

    Un botánico sajón, Heinrich-Moritz Willkomm (1821-1895) y otro danés, Johan Lange
(1818-1898), ambos exploradores, en varias ocasiones, de la Península Ibérica, comenzaron a
publicar, en Stuttgart, en 1870, un Prodromus Florae Hispaniae..., una obra en tres volúmenes,
terminada de imprimir en 1880, nueve años antes de que Miguel Colmeiro diera fin a su
Enumeración...

    La publicación del Prodromus Florae Hispaniae... (Stuttgart, 1861-1880), una obra construida
sobre el trabajo de campo de los botánicos expedicionarios al que se adicionaron los no pocos
envíos que los botánicos hispanos les remitieron en consulta o en intercambio, dejó obsoleta la
obra de Colmeiro aún antes de que esta terminara de publicarse.

    La protección que Miguel Colmeiro racaneara para los botánicos hispanos alejados de su
inmediata dirección sería prestada por Heinrich-Moritz Willkomm; en él encontraron el aliento
para su labor y las necesarias orientaciones de una autoridad los botánicos hispanos de la periferia.
Tras la publicación del tercer volumen del Prodromus Florae Hispaniae..., se inicia un cierto
período de florecimiento en el inventario de la flora española del que el propio Willkomm se
verá beneficiado; trece años después de que saliera de prensas el último de los volúmenes del
Prodromus…, en 1893, verá la luz un Supplementum..., este bajo la única autoría de Heinrich-
Moritz Willkomm, donde se refleja la actividad de los botánicos hispanos desarrollada durante
estos años. El sajón mantuvo correspondencia científica con la práctica totalidad de los botánicos
peninsulares, y les apoyó en cuantos proyectos editoriales pudo. Tal es el caso de la edición de la
Serie inconfecta plantarum indigenarun Aragoniae, publicada por Francisco Loscos y José Pardo en
Dresde (1863), bajo los auspicios de Willkomm, ante los informes poco favorables emitidos por
Miguel Colmeiro (González Bueno, 1984).

    La relación de botánicos a los que se debe la elaboración de floras de carácter local es grande
(Gomis, 1997b); su contribución al adelantamiento de la Flora española hubiera sido parca si
Willkomm desde Sajonia, primero, y desde Praga, después, no hubiera recogido críticamente su
testimonio, revisado los materiales herborizados y hechas públicas sus aportaciones, tanto desde
las páginas del Prodromus... (Stuttgart, 1861-1880) como, con más intensidad, desde las del
Supplementum... (Stuttgart, 1893). A Heinrich-Moritz Willkomm, y en menor medida a Johan
Lange, se debe el mérito de hacer realidad el ansiado deseo de disponer de una Flora española;

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