Page 118 - DiscrusoGlzBueno
P. 118
Antonio González Bueno
Para los farmacéuticos de El Droguero lo
importante no era el método de clasificación, lo
primordial debería ser la diferenciación entre los
vegetales, principalmente la de aquellos con acción
medicinal. Entendían que el sistema de
clasificación natural era el mejor, si bien reconocían
las limitaciones de los boticarios rurales para su
óptima utilización. Por ello recomendaron utilizar
el sistema clasificatorio linneano en el trabajo
cotidiano y, después, referir las plantas estudiadas
al sistema natural:
Mariano Pérez Mínguez (1809-1887) “¿Les es dado a todos el poder seguir el complicado
Fotografía de Juan Hortelano [ca. 1865] camino que este método [el natural] señala para
conseguir el objeto que se desea? En manera
Real Academia Nacional de Farmacia alguna y si acaso se hallase alguno en disposición
de seguirle, difícil es que sea de nuestra clase: pues
dedicados como estamos á nuestras precisas y
marcadas tareas diarias, apenas disponemos de
algunas horas que únicamente y por vía de
descanso ó entretenimiento podemos dedicar á la
ciencia de los vegetales (...) Aun prescindiendo de
las muchas modificaciones que ha sufrido y que la
han simplificado notablemente, la clasificación
primitiva de Linneo, para el hecho de reconocer
plantas, es infinitamente más ventajosa por fácil,
que todas las variadas formas de método natural
que se han escrito (...) Puesto que el método
natural no se rechaza con el sistema de Linneo, lo
que la prudencia aconseja para nuestra clase es,
clasificar por el segundo método, y referir en
seguida las plantas ya conocidas, al primero...”
(Pérez Mínguez, 1859c: 115-116).
El resultado de esta tentativa se tradujo en la
publicación, en las páginas de El Droguero Farmacéutico, de una decena de trabajos en los que se
contemplaba la flora de territorios relativamente pequeños; un balance muy pobre en cuanto a
la consecución de los objetivos inicialmente trazados, como acabaría reconociendo el propio
director del periódico (Pérez Mínguez, 1859a).
No obstante este proyecto sirvió de estímulo a otros colectivos interesados en asumir, de
nuevo, esta misma tarea. Los catálogos locales publicados por El Droguero Farmacéutico fueron
utilizados por Joan Texidor para elaborar su Flora Farmacéutica de España y Portugal (Texidor,
1871) y valorados, años después, por Miguel Colmeiro (Colmeiro, 1885-1889) y Joaquín Mas-
Guindal (Mas-Guindal, 1942c).
La ‘Flora española’ del Colegio de Farmacéuticos de Madrid (1858-1864)
Prácticamente de manera simultánea al proyecto de ‘Flora española’ pergeñado por El
Droguero Farmacéutico tuvo lugar otra iniciativa con idéntica finalidad, también formulada por
-116-