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Antonio González Bueno

                                                                                              Elena Paunero Ruiz (1906-2009)
                                                                                       Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid
     Luis M. Unamuno e Irigoyen (1873-1943)
    Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid

    El traslado del laboratorio y herbario micológico desde el Museo Nacional de Ciencias
Naturales al Jardín de Madrid supuso también la dotación de un equipo de personal auxiliar,
formado por Consuelo Cabrera y Fermina Abajo, las cuales hicieron posible, en buena parte, las
obras de síntesis publicadas por el padre Unamuno. La mayor disponibilidad de espacio permitió
la entrada de nuevos investigadores: en 1928 se integraría en este equipo Manuel Jordán de
Urríes y Azara (1909-1962)272.

    En el ámbito catalán destacan los trabajos de Joaquim Codina i Vinyes. Párrafo aparte
merecen las campañas micológicas catalanas organizadas bajo la dirección de Pius Font i Quer:
el ‘Pla Quinquennal Micològic de Catalunya’; sus resultados llevaron a duplicar el número de
taxones de macromicetes conocidos en Cataluña. La adscripción del micólogo alemán Rolf
Singer, a la Cátedra de la Universidad Autónoma de Barcelona que, desde 1933, dirigiera Font i
Quer, estaba orientada a potenciar estos estudios.

    La liquenología contará con el trabajo de Manuel Llenas Fernández (m. 1931), sus estudios
verán la luz tanto en el Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural como en las páginas del
Butlletí de la Institució Catalana d´Història Natural; sus aportaciones han permitido definir “a finales
del siglo XIX y principios del siglo XX (...) una pequeña ‘edad de oro’ de la liquenología, en la
que cabe situar la publicación (…) de la primera flora liquénica de Cataluña, en forma de
catálogo anotado...” (Llimona, 2009: [6]). El jesuita Longinos Navás también publicó algunas

Caleya, Emilio Blanco Castro (2007); Paloma Blanco Fernández de Caleya, Pedro Montserrat (2007) y Benito
Valdés (2009).

     272. Manuel Jordán de Urríes continuó la obra emprendida por el padre Unamuno, al fallecer este. Acerca de
Manuel Jordán de Urríes cf. Emilio Fernández Galiano (1963); Salvador Rivas Goday (1963) y Javier Salazar (1963).

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