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artículo sobre la abrina (Ehrlich, 1881b, pag. 1.219), Ehrlich comenta sobre
la diferencia de abrina y ricina y la aparición de antiabrina y antiricina: “De
ello se deduce, sin embargo, que los llamados materiales de partida, que
requieren la formación de dos anticuerpos diferentes, son ellos mismos
muy diferentes”.

En estos estudios introdujo el principio de la quimioterapia: “Corpora non
agunt nisi fixata” (las substancias no actúan a menos que estén fijadas).
Basándose en la actuación de ricina y abrina y de la toxina diftérica de la
bacteria Corynebacterium diphtheriae propuso que este tipo de toxinas
poseían dos elementos, un haptóforo o elemento conductor y un toxóforo o
elemento tóxico de manera que la primera etapa en la interacción de estas
proteínas con las células blanco era la fijación a su blanco.

Ello le llevó a la formulación del concepto de “la teoría del proyectil
mágico” (‘Zauberkugel-Theorie; “magic bullet theory”), base conceptual
de lo que ha venido en llamarse modernamente terapia guiada al blanco o
“drug targeting”, proceso mediante el cual se puede enviar un fármaco
específicamente a su blanco o diana sin afectar demasiado a las estructuras
adyacentes, lo que sin duda minimiza los efectos secundarios y favorece el
diseño de fármacos (García-Sánchez y cols., 2010).

En la parte que nos concierne, hay que resaltar su “teoría de las cadenas
laterales”. En ella introduce el concepto de ligando-receptor y sienta las
bases de la moderna Inmunología e Inmunopatología. Desde entonces se ha
investigado en profundidad el modo de acción de ricina, abrina y las
proteínas relacionadas, tanto para explicar su toxicidad como por sus
aplicaciones en la terapia.

LECTINAS ANTIRRIBOSÓMICAS DEL GÉNERO SAMBUCUS.

Los saúcos contienen una colección de proteínas estructurales y
funcionales, incluidas las enzimáticas, características de las plantas. De
entre las proteínas del saúco investigadas hasta la fecha, son las proteínas
inactivadoras de ribosomas y las lectinas las más significativas en estas
plantas y de mayor incidencia y aplicación a la biomedicina, y de las que
hablaré en apartados posteriores.

Desde antiguo se sabe que el consumo directo de corteza y frutos verdes o
brotes de hojas de saúco (Sambucus) provoca náuseas y vómitos cuya
intensidad es dependiente del grado de madurez de los frutos. Los efectos

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